Venga ¡LEVÁNTATE!



"Un hombre subió al cielo. A la vuelta contó que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo: somos un montón de gente, un mar de fuegos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales: hay fuegos grandes, fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fatuos, no alumbran ni queman, pero otros arden con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca a ellos 
se enciende".

En este texto se encuentra la filosofía de la resiliencia.

Todos nosotros tenemos dentro una gran luz, un gran potencial para desarrollarnos, pero a veces nos dejamos abatir por las dificultades o por las opiniones ajenas.

La resiliencia es "la capacidad de un individuo de reaccionar y recuperarse ante las adversidades, lo que implica un conjunto de cualidades que fomentan un proceso de adaptación exitosa y de transformación, a pesar de los riesgos y de la propia adversidad ".

La resiliencia es un concepto que nace originalmente es del campo de la física: es la capacidad de los materiales de volver a su forma original, cuando han sido forzados a cambiar o deformarse.
También encuentra su inspiración en el cuento de Cristian Andersen “El patito feo”.
Aquél patito, inicialmente despreciado por otras aves, llegó a convertirse en un bello cisne.

Algunas de las mejores historias de éxito de todos los tiempos tuvieron  el nacimiento y la razón de su éxito en el fracaso.


El diagnóstico escolar que dieron a Einstein fue singular: “muchacho mal adaptado, sin amigos, alumno problema, este chico va a tener serios trastornos mentales cuando sea adulto”.


El padre de Charles Chaplin murió alcohólico. Su hijo fue criado en una institución para niños pobres. Todo el mundo le decía que no llegaría a nada, pero se convirtió en un excelente actor y director de cine. 

Beethoven componía música a pesar de su sordera. 

Ana Frank, la niña judía de doce años condenada a vivir oculta en su casa de Amsterdam para escapar de los nazis, escribió un diario donde aparecen expresiones como “yo puedo”, “yo podré alcanzar”, “quien tiene coraje y confianza no zozobrará jamás en la angustia”.


Howard Schultz fue rechazado 214 veces antes de encontrar un inversionista interesado en Starbucks.

La Universidad del Sur de California rechazó a Steven Spielberg para su escuela de cine.

La autora de Harry Potter enfrentó pobreza y enfermedad antes de encontrar el éxito, experiencias que según los expertos la impulsaron a llegar a la cima gracias a su creatividad. Entre 1990 y 1996, Rowling presentó su escrito a 12 casas editoriales sin ningún éxito.

Disney trabajaba en un Diario, y el director lo despidió por ¡falta de ideas, de creatividad, de imaginación! También quebró varias veces antes de poder construir Disneylandia.

En 1954 Jimmy Denny, manager del Grand Ole Opry, echó a Elvis Presley después de una actuación. Le dijo: "No vas a llegar a ninguna parte, hijo. Deberías volver a manejar un camión."

Palabras de Michael Jordan: “He fallado más de 9,000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para hacer el tiro que ganaba el juego y lo fallé. He fallado una y otra vez. Pero nunca me he dado por vencido. Y es por eso que he tenido éxito en la vida.”

El miedo puede limitarnos, pero el miedo al fracaso nos inmoviliza.
Pensamos que el éxito y el fracaso son los dos elementos que nos califican como personas: si tengo éxito soy una persona valiosa, si fracaso, no valgo nada y la gente me va a criticar o rechazar.

El éxito y el fracaso son sólo resultados de una conducta o una decisión adecuada o inadecuada, correcta o incorrecta.

"Fracasar”, etimológicamente, significa “hacerse pedazos” (como “fraccionar”). Y cada vez que uno, como el dios egipcio Osiris, recoge luego sus pedazos, tiene la oportunidad de elegir con cuál de ellos quedarse. De descartar lo que no nos sirve para ser quienes necesitamos ser. El fracaso nos muestra lo accesorio, lo inútil, lo mal aprendido, lo que tergiversa nuestra identidad.

La palabra “éxito” significa “salida”. Pero el éxito mayor es salir de nuestros fracasos siendo mejores personas. Mirar de frente y sentirse digno porque se hizo del fracaso una oportunidad de acrecentar nuestra fortaleza. Ser resilientes.

Edison falló 10.000 veces antes de haber logrado el filamento de carbón, que se utiliza en los focos de luz. Un reportero le preguntó, después del intento número 5.000, si se sentía desalentado.
Edison contestó que no había fallado 5.000 veces, sino que había triunfado al determinar 5.000 maneras en las cuales no funcionaba.
"Lo que significa, comentó, que me encuentro 5.000 pasos más cerca de descubrir cómo hacerlo funcionar".
Los científicos más importantes de ese momento, escribían artículos en donde opinaban que Edison perdía su tiempo. Pero Edison ignoró todas las críticas y continuó. Se escuchó a sí mismo y no a los demás.
¿Te imaginas cómo sería el mundo, si ante cualquier error o crítica, todos los inventores y científicos hubieran dejado sus proyectos sin terminar?

El fracaso es parte esencial del éxito.
Cada fracaso es una oportunidad para aprender y corregir.
Lo importante no es cómo te caes, sino cómo te levantas.

Os dejo un vídeo que me ha gustado mucho.
Yo ya he esculpido mi "pastilla de jabón". ¿A qué esperas para esculpir tú la tuya?

Venga 
¡¡¡¡Levántate!!!!






Comentarios

  1. Gracias Paloma por inspirarnos y por recordar que en cada fracaso está la semilla de nuestro triunfo, y sobre todo, de nuestro crecimiento y evolución hacia ser mejores personas. Como tú. Gracias.

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  2. ¡Es taaaan importante la resilencia! Aprender la capacidad de levantarnos por muchas veces que nos caigamos creo que es una de las cosas más importantes en la vida... y pensar que podemos es el primer paso para conseguirlo.

    Gracias por este post porque, sin duda, con estas frases y reflexiones ayudas a creer que todo es posible.

    http://sinbombilla.blogspot.com.es/

    Saludos,
    R.

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  3. Me encanta Paloma tu artículo de la resilencia. Como siempre aportando ideas positivas, bellas, encantadoras. No dejes de escribir nunca, el mundo necesita escritores como tú, ser de luz. Un beso, Cristina Salas.

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  4. ¡Gracias, Paloma! Estamos tan necesitados de manifestaciones como esta tuya, llena de energía y optimismo...
    Besos. JM

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  5. Gracias Paloma por este bonito articulo que es muy inspirador..... Me gustaria añadir que aunque hay ejemplos memorables, como los que citas y algunos mas, que consiguieron llegar a su objetivo despues de muchos esfuerzos y de superar muchos "fracasos".... y que la mejor manera de aprender es comprendiendo el "fracaso"... deberiamos considerar que tal vez cuando la vida nos pone tantas dificultades para conseguir algo.. nos esta diciendo de alguna manera "busca otro camino"... En la vida es importante respondernos a preguntas como ¿cual deseo de verdad? o ¿cual es mi objetivo?... una vez que tenemos la respuesta se trata de DEJARNOS FLUIR.. no tanto de luchar y sufrir... Cuando sabemos cual es nuestro deseo todo fluye y es facil.

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  6. Precioso texto, Paloma, da muchos ánimos. Es verdad que a parte de aprender de los errores y de crecerse ante las dificultades, debemos también tener claro cuáles son nuestras metas, para aproximarnos lo más posible a ellas en vez de ir por la vida dando palos de ciego... ¡Un besazo!

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