SOMOS AGUILAS, NO GALLINAS

A veces sucede que hacemos demasiado caso a los que nos dicen que no valemos, que nunca llegaremos, que jamás podremos...
Desde pequeños estamos escuchando cosas así. Incluso a nuestros padres (seguro que con la mejor intención). No recordáis aquello de "no corras que te caerás".
Pues yo os digo que os arriesguéis, que dentro de cada uno hay una fuerza indestructible y mágica que se potencia con la audacia, con la confianza, con el valor. Que no tengáis miedo a caer, a equivocaros. Sólo quien se levanta tras un fracaso logra la mayor de las conquistas: vencerse a sí mismo.
De lo que se trata es de desplegar nuestras alas deconocidas y volar como águilas en vez de permanecer anclados a la tierra como gallinas.
Todos hemos nacido para ser águilas, aunque muchos hemos vivido como polluelos (hay una bonita fábula de Anthony de Melo que habla de esto).
Quería compartir con vosotros un capítulo de mi último libro aún no publicado.
La historia trata de un pez que se llama Orígenes y que emprende un camino para encontrar un líder para su empresa, la Sin Líder S.L.
En este capítulo, Orígenes tendrá que arriesgarse y atravesar un prado acuático de anémonas "cantarinas".
Espero que os guste y que sobre todo, os inspire.

"El camino de la izquierda no estaba demasiado transitado. Quizá también fue eso lo que le hizo tomar la decisión de arriesgarse.
Nada más coger esa dirección, lo primero que encontró fue un prado de anémonas cantarinas. Era un bello espectáculo ver como desplegaban sus transparentes filamentos en el agua.
Orígenes intentó atravesar aquel prado acuático, pero una y otra vez, las anémonas le enredaban entre sus largos brazos.
-No lo conseguirás, es inútil que lo intentes, por lo menos si hubieses elegido bien, si hubieses seguido el camino de la derecha –cantaban con voz dulcísima las anémonas.
Y era un canto que se metía hasta el corazón y producía una enorme tristeza.
-Eres un perdedor, jamás lo conseguirás, es mejor que te des la vuelta ahora que puedes, ahora que puedes…
Había peces que al oír aquel coro de voces acuáticas, se daban la vuelta; otros lloraban de pena y pensaban en lo inútil de aquel intento y también retrocedían, pero Orígenes parecía no prestar atención a aquellas voces que pretendían desanimarle en su intención y seguía adelante con inusitado entusiasmo, apartando con cuidado los filamentos de las anémonas de su camino.
Las anémonas, al ver la decisión de aquel pez, cantaban más alto y con su voz más acariciadora, pero Orígenes parecía no escucharlas.
Cuando nuestro pez logró atravesar el prado de anémonas cantarinas, se dio cuenta de que no había nadie a su alrededor. Los demás peces se habían quedado atrás, habían retrocedido.
Entonces Orígenes hizo algo extraño: se puso a saltar sobre su cola de izquierda a derecha.
Las anémonas le observaban sin comprender a que obedecían aquellos insólitos gestos del pez, hasta que una de ellas le gritó desde la distancia:
-¿Qué haces pez raro? ¿Qué es esa danza que bailas desde hace un rato?
Orígenes ni siquiera se inmutó: hacía tiempo que le había entrado agua en el oído y no escuchaba nada de lo que la anémona le decía. 
Entonces una de las anémonas se puso a cantar una canción, que decía así:

Muchos que ni siquiera lo intentarán,
intentarán desanimarte.
Animarte tú sólo es lo mejor,
mejor no escuchar a los que siempre
siempre dicen que no puedes hacerlo.                                                     
Haz de ti mismo tu propia fuerza,
fuerza y no obstáculo.
Si no encuentras tu camino,
tendrás que inventarlo,
tendrás que inventarlo..." 

Sed águilas.
Seguid siempre el camino que lleva a vuestros sueños, sin miedo.
Si no existe, tendréis que inventarlo…

Comentarios

  1. Que bonito. Lo comparto en faceboock para que lo vean todos mi amigos

    ResponderEliminar
  2. Es una maravilla como escribes, espero leer este libro pronto. Me encanta hasta el nombre que has elegido para el pez. Un beso, Cristina Salas

    ResponderEliminar
  3. Son sorprendentes los boicots que nos llegan de afuera y alucinantes los que nos ponemos a nosotros mismos.
    Gracias a un taller de CEIM te he conocido y me he apuntado a tu blog. Espero que continues alimentandolo! Ruben

    ResponderEliminar

Publicar un comentario